Un palurdo es una bolsa que nunca se llena:
- Eructando los efluvios remanentes de lo que acaba de comer, ya está pensando en la próxima bacanal.
- Con las palabras del último libro todavía resonando (y estorbándole) en el cerebro, se zambulle en el siguiente.
- Mientras recupera el aliento, después de un largo y glorioso orgasmo, tiene espasmos premonitorios del próximo.